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8. ¿Ha experimentado en su Vida la Oración contestada?


En 1 de Juan 3:22, descubrimos otro motivo para afianzar nuestra seguridad: "...y lo que le pidamos, lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él". Usted puede saber que es un creyente, si Dios da respuesta a sus oraciones. El requisito para que esto ocurra es el de guardar sus mandamientos, y la única manera de poder lograrlo es perteneciendo a Dios. Como dice Juan en el versículo 24: "Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él".


En un pasaje similar, Juan dice: "Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que sigáis creyendo en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos ante Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye" (5:13-15). Dios siempre responde las oraciones que están de acuerdo a Su voluntad. Los creyentes obedientes saben cuál es Su voluntad, porque está declarada en su palabra, y confeccionan sus oraciones de acuerdo con ella. Las respuestas que resultan de estas oraciones traen confianza y seguridad.


Dios está más dispuesto a responder a las oraciones de Sus hijos, de lo que están ellos a pedir. Creo que el Señor sentirá cierto desencanto, pues Él podría hacer por nosotros muchos más de lo que le pedimos que haga. ¡Pensad en las bendiciones que nos estamos perdiendo!


Hay muchas personas que oran a Dios, pero no saben por qué están orando, ni tampoco cuál es Su voluntad. Dios no está obligado a responder a tales oraciones. Del libro de los Salmos aprendemos que Él ni siquiera oye a los tales (ver Salmo 66:18). Sin embargo, los creyentes que experimentamos las respuestas de Dios a nuestras oraciones, sabemos que tenemos vida eterna. Una de las muchas buenas razones para orar fiel y fervientemente, es disfrutar de la seguridad de la oración contestada.


Algunos cristianos luchan con esta seguridad de la salvación, porque han tenido una vida de oración pobre y escasa. ¡Qué tragedia! Si usted se encuentra en esta situación, arréglela inmediatamente. No debe perderse la bendición y el bienestar que trae la oración contestada. Cuando recuerdo los años que han pasado, me doy cuenta de que una de las bases más importantes para mi seguridad, ha sido ver que Dios ha contestado muchas de mis oraciones. Estas respuestas constituyen la evidencia de que Él me oye, lo cual me demuestra que Dios está en mí, y yo en Él.


¿Ha tenido la hermosa experiencia de recibir respuesta a sus oraciones? ¿Es para usted un patrón de vida? Si es así, puede estar seguro de que tiene vida eterna. ¿Ha orado por una persona que no era creyente y la ha visto luego venir a Cristo? ¿Ha orado por alguie nque padecía en medio de una prueba y vió cómo Dios cambiaba la situación, de manera que produjera gozo y alegría? ¿Ha buscado a Dios para solucionar un vacío en su vida y le ha visto llenarlo con Su sabiduría? ¿Ha orado pidiendo perdón para tener una conciencia limpia, y lo ha recibido? ¿Le ha pedido a Dios que le capacite para presentar Su verdad a una persona o a ungrupo de personas, y ha experimentado Su gracia para hacerlo con toda claridad? ¿Ha buscado el poder de Dios para proclamar el Evangelio y lo ha recibido? ¿Le ha pedido a Dios que le ayude a llevar a alguien al Salvador, y Él lo ha hecho? ¿Ha buscado contentamiento en circunstancias desfavorables, y como resultado a recibido la paz de Dios que sobrepuja todo entendimiento? ¿Le ha pedido al Señor que le ayude a conocerlo mejor, y como respuesta ha tenido momentos de intimidad gloriosos, después de haber pasado por algunas lecciones verdaderamente difíciles? Toda estas son indicaciones de que usted pertenece a Dios y de que Él está en usted.

John F. MacArthur, Salvos Sin Lugar a Dudas, Capítulo 5, pp 90-91.

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